jueves, 10 de diciembre de 2015

El arte de hablar en público. Lecciones de comunicación en el debate político


Recientemente millones de españoles hemos estado frente a la pantalla presenciando uno de los debates con mayor audiencia de la historia de nuestro país: el famoso debate a 4, entre los candidatos de los principales partidos políticos. Con la ”deformación” profesional que nos caracteriza a los que tenemos alma de consultor, aproveché el debate para analizar aquellos aspectos de la comunicación verbal y no verbal de los 4 candidatos que me parecen interesantes como ejemplos muy gráficos de aciertos y mejoras en cada una de las intervenciones.

El “formato” no era sencillo para el lucimiento de los ponentes; la falta de atril, lo ajustado de los tiempos, el cambio constante de temática y el propio modelo de 4 intervenciones eran elementos que, a mi juicio, serían clave a gestionar para el mayor o menor éxito de cada candidato.


Entre los elementos más destacados en las intervenciones, cabe reseñar los siguientes:
  • Buena vocalización de Soraya Sáenz de Santamaría en sus intervenciones. Es un elemento que  ayuda a la comprensión de la audiencia. En muchas ocasiones, una adecuada vocalización es preferible a la potencia de voz.


  • Capacidad para “pasear la mirada” de Albert Rivera, mostrando un amplio manejo del escenario, siendo hábil para hacer sentir a todos parte de su mensaje (al resto de candidatos, mirando a cámara y, por tanto a la audiencia, mirada a los periodistas, etc).

  • El uso del bolígrafo como “facilitador” que realizó Pablo Iglesias. El atril es un elemento esencial para los políticos en sus intervenciones. Además de “esconder” gran parte del cuerpo lo que impide ver gestos de nerviosismo, movimiento excesivo o estatismo en el tronco inferior, etc., es un excelente facilitador, es decir un “quita nervios”. En su ausencia, los ponentes elegimos otros elementos que permiten tener las manos “ocupadas” lo que además de relajar ayuda a la exposición. Pablo eligió el bolígrafo como elemento facilitador lo que le ayudó notablemente en su exposición.  

  • Modular de manera  adecuada la potencia de voz, como hizo Pedro Sánchez.  El líder de los socialistas tiene un timbre grave unido a un volumen elevado en su voz natural. En momentos de tensión, la tendencia a elevar el volumen podría ser tomada como “agresiva”, sin embargo el Pedro Sánchez fue capaz de manejar perfectamente este elemento usando su potencia vocal únicamente a la hora de enfatizar mensajes.

  • La capacidad para “tirar de argumentario” sin perder la naturalidad que tuvo Soraya Sáenz de Santamaría.  Esto solo es posible  con una preparación y dominio de todos los elementos que van a ser tratados y con la capacidad para “interpretarlos” haciéndolos suyos, es decir, sin robotizar las intervenciones. A buen seguro que en el previo al debate hizo uso de las 3 “E” que siempre funcionan en la preparación de cualquier ponencia: Ensayar, ensayar y ensayar.

  • La adaptación del ponente a su público como hizo Pablo Iglesias. Su mensaje, su gestualidad, su vestuario, etc., todo estaba minuciosamente cuidado. Los mensajes iban dirigidos a fortalecer los valores que defienden y haciendo uso , en ocasiones, de expresiones informales, estilo directo con el que quiere llegar el líder de Podemos a su perfil target. De igual modo, su vestimenta informal (él único de los candidatos masculinos sin chaqueta ni corbata) le permitían dar una imagen de modernidad e incluso en mi opinión, de romper con la imagen actual de los políticos. Incluso, el bolígrafo “bic” transmitía un mensaje  de estilo. Es cierto que el resto de ponentes mostraban con su imagen un “estilo” determinado, pero seguramente fue Pablo Iglesias el que mejor interpretó este elemento y lo llevó a todos los factores posibles.

  • Mostrar datos como hizo Albert Rivera. Una imagen vale más que mil palabras y en un formato tan encorsetado dónde las ayudas audiovisuales que tanto pueden ayudar son inviables, el uso de elementos gráficos son a mi modo de ver un excelente elemento. Éstos, ayudan a “digerir” datos, relajan en el discurso, sirven de preámbulo para mostrar un dato importante o clave y, en definitiva, complementan a la perfección con el discurso. Si el elemento gráfico está bien trabajado visualmente, es sencillo de interpretar, se puede visualizar por su sencillez y proporciona un dato clave, el éxito está asegurado.

  • El uso de la sonrisa que realizó Pedro Sánchez. Es un elemento que, generado sin abuso y con naturalidad,  relaja y trasmite una imagen potente en el interviniente. Pedro Sánchez, aunque abusó por momentos de la misma, supo sacar partido y generar una imagen muy adecuada que acompañaba sus intervenciones  

Por otro lado, también fueron perceptibles algunos elementos a mejorar en los cuatro políticos, en algunos casos por uso incorrecto o abusivo de ciertos gestos “parásitos” y, en otros, por ausencia de elementos clave en las ponencias en público:

  • Estatismo en el tronco inferior. Este aspecto fue muy palpable en el caso de Pablo Iglesias, que acostumbrado a los atriles y/o a los debates sentado, mostró lo que denomino el  “efecto baldosa” (no me muevo del sitio). Acompañar las intervenciones con movimiento (en este caso dentro de su campo de acción que permitía un par de pasos al menos) aporta al discurso una sensación de brío y energía diferente a la mostrada.

  • Exceso de movimiento. Fue un aspecto negativo en el caso de Albert Rivera, más si cabe en los momentos en los que éste no intervenía. Denota nerviosismo o ansiedad. Conviene hacer uso del movimiento en los casos en los que uno intervenga y movimiento menor o casi estatismo en los que no se tenga la palabra, simplemente cambiando de postura y haciendo escucha activa.

  • Uso adecuado de los silencios. Especialmente llamativo fue la ausencia de uno de los elementos más potentes que hay en la comunicación en público: los silencios. Éstos, usados de manera adecuada y sin caer en el abuso sirven para:
    1. facilitar al interlocutor entender y “digerir” mensajes complejos (se abusó de frases muy largas, sin apenas pausa y a ritmo elevado acuciados por la falta de tiempo)
    2. permitir reunir y repasar ideas
    3. son el preludio de un dato importante (es aquí donde considero que se perdió una gran oportunidad en los 4 ponentes).

  • Siendo un aspecto positivo valorado anteriormente la falta de naturalidad (seguramente derivada de la tensión) fue palpable en los intervinientes. La sonrisa en ocasiones forzada de Pedro Sánchez, el movimiento robotizado de brazos de Pablo Iglesias, los brazos cruzados mostrando ansiedad por contestar de Albert Rivera y las respuestas “automatizadas” de Soraya Sáenz de Santamaría fueron claros ejemplos de falta de naturalidad en los políticos durante algunas fases del debate. Este factor es casi siempre evolutivo y la mayor rigidez, tensión y falta de naturalidad va desapareciendo con los “minutos de vuelo” y pudo verse en el tramo final del debate los perfiles más naturales de cada uno de ellos.
Para concluir, he escogido una anécdota que refleja de manera muy gráfica el mejor consejo de cara a afrontar cualquier presentación o acto en público. La anécdota surge de una entrevista dónde al golfista Gary Player tras un torneo un periodista le comenta: "Vaya suerte Sr. Player, dos birdies en los dos últimos hoyos!." Y el golfista contesta con tono firme "Pues es curioso, cuánto más entreno, más suerte tengo". Así que entrenar, entrenar y entrenar tus presentaciones en público son el único "truco" que siempre es útil.

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"Si crees haber tenido una idea realmente innovadora, pregunta antes a tus hijos. Por si acaso...". Jesús Golderos